El avión de American air lines procedente de Paris con escala en Miami arribó al aeropuerto de Maiquetía a las 10 a.m.; Walter Smith presentó su pasaporte del Reino Unido al funcionario de emigración----¿Cuál es motivo de su visita?----Negocios, contestó Smith----¿Cuánto tiempo estará en el país?----Una semana será suficiente; El sello de entrada fue estampado en el pasaporte y devuelto el documento…Feliz estadía en el país----Gracias.
Después de registrarse en el hotel Anauco Hilton, entró a su habitación asignada, la No 34 del tercer piso, acompañado del Belt Boy del hotel, el joven después de colocar la pequeña maleta en una mesita, abrió las cortinas apareciendo el Ávila en todo su esplendor---Gracias, gruño Walter----A la orden contestó el joven, mientras se metía en el bolsillo un billete de $5.
Gustad Levi, ese era su verdadero nombre, se acercó a la ventana, desde donde se veía claramente la ciudad de Caracas, después de un breve momento de contemplación cerró la cortina y se recostó en la cama.
Con sus ojos cerrados empezó a reflexionar sobre su nueva misión, estuvo 20 años trabajando con el servicio secreto de Israel, el Mossad, sus misiones eran casi todas en contra de los árabes, enemigos de su estado y Venezuela era miembro de la OPEP, por consiguiente enemigo también, y sobre todo por el acercamiento del presidente Chávez con Irán; Ahora trabajaba como agente libre, por supuesto con el visto bueno de sus antiguos empleadores, un mercenario al servicio de clientes anticomunistas. Conocía el idioma español a la perfección, sus relaciones por años con agentes de la Disip y miembros del ejercito, entrenados por el en las artes del espionaje, inteligencia, contra-inteligencia y lucha antisuversiva, su estadía en Colombia por largos periodos entrenando a paramilitares en las artes del crimen y en acciones sicológicas de terror.
Su misión comenzó con una visita en Paris de un general del ejército Venezolano de apellido Gonzáles, el le explicó que había que salir del dictador comunista Hugo Chávez con una acción de asesinato masivo de seguidores y de partidarios de la oposición democrática, Chávez se ha cuidado mucho y no ha matado a nadie, es por eso que necesitamos de victimas para culparlo a él y así crear una ira colectiva en su contra y rebelar el alto mando militar; El general me aseguró que estaría protegido y que una gran marcha iría al palacio de gobierno a pedirle su renuncia, ese día entrara usted en acción como francotirador, los medios de comunicación están de nuestro lado para poner los hechos a nuestra conveniencia----¿Trabajare solo¿----No, serán varios los francotiradores.
Al día siguiente Salí del hotel, después de tomar todas las medidas de seguridad para saber si era seguido por alguien, tomé un taxi----Por favor lléveme al Cubo negro---Si señor repicó el chofer.
Me baje del taxi y me dirigí al edificio, tomé el ascensor y pulse el piso 9; Las puertas del ascensor se abrieron con un chirrido, Salí y me dirigí a la oficina de un bufete de abogados… Contreras/Ayala y asociados, penetré en un pequeño estar sin secretaria, cuando se abrió la puerta que comunicaba con el interior, apareció un hombre desconocido para mi y preguntó, que desea----Busco al Sr. Rodríguez----Pase señor respondió el hombre franqueándome el paso.
Adentro en una amplia sala de conferencias se encontraban tres personas con uniforme militar y dos vestidos de civil, reconocí al general González, se acerco a mi----Bienvenido amigo, le presento al Almirante Molina, el general Lameda, al comandante Ramirez y al Sr. Pérez; Después de los saludos fuimos al grano. Uno de los civiles puso en la pared una foto tomada desde arriba, donde se veía una sección de la vieja Caracas, la ave Baralt, con la intersección del puente llaguno; Hablamos como tres horas afinando detalles y al final me fue entregada una llave donde se leía Hotel Edén.
Dos días después me fui a un restaurante de lujo en las Mercedes, el ambiente a la una de la tarde era un lleno total.
Me senté en la barra y pedí una cerveza, después de pagarla me dirigí al baño, me encerré en el cubículo de la poceta y me trasforme en otro hombre.
En la habitación del hotel Edén busque el mejor ángulo para disparar; Alguien tocó la puerta, abrí, un hombre me dio un maletín y se fue inmediatamente; Abrí el maletín un m-16 con mira telescópica, una caja de munición, rápidamente arme el rifle; Los chavistas se encontraban en el puente llaguno a la espera de la marcha que venia del sur, espere pacientemente el momento apropiado.
Tenía en la mira a un joven con una franela con símbolos alusivos al Che, mi índice hizo presión lentamente sobre el gatillo, el disparo le penetró por la barbilla, doblo sus piernas mientras el cuerpo caía en medio circulo quedando en posición fetal; Moví rápidamente el rifle en busca de una nueva victima, un señor corría, apunté, disparé, el blanco se fue de bruces, la bala le penetró por la espalda; En el puente la gente corría despavorida en todas las direcciones.
Siete bajas en menos de tres minutos, no esta mal, pensé, mientras bajaba las escaleras, al llegar a la planta baja le entregue el maletín del fusil a mi contacto.
Dos días después de los hechos veía en la televisión del cuarto de un hotel en Bogota como el pueblo Venezolano retomaba el poder y el Presidente Chávez llamaba a la calma con un crucifijo en sus manos.
En honor a las victimas, que con su sangre derramada por la paz y la justicia social se convierten en los mártires de la revolución.
Alfredocorrea56@yahoo.com