El calor y la humedad eran insoportables en Collins Av., en Miami Beach. Estaba esperando un recién conocido de nombre Arturo, me lo presentaron en una discoteca en Palm Beach e inmediatamente nos enfrascamos en una conversación sobre armas, las cuales yo desde muy pequeño las aprendí a usar, también el tema de Chávez no se hizo esperar; Arturo odiaba a Chávez, Fidel y a todo lo que oliera a comunismo, igualmente yo aborrecía a ese mono que había desplazado a mi familia y a mis amigos. Antes de que el dictador se cogiera el país yo tenía poderes supremos y realmente mandaba en Venezuela, mientras hacia estas reflexiones saqué de mi bolsillo trasero mi chapa de la Disip, Comisario jefe se leía en la misma y la dorada insignia brillaba de tanto limpiarla y ahora no tenía ni una de defensa civil. Cerré los ojos y me vi con el grupo de acciones especiales de la policía política, el director amigo de mi padre y el comisario Hermes pana burda me habían dado las prerrogativas de un funcionario de alto rango sin serlo y cada vez que había candela ellos me invitaban a participar en sus acciones de contrainsurgencia, ósea quebrar al primer huevón que se nos atravesara o que tuviera conspirando en contra del Gobierno de Carlos Andrés y en algunos casos joder a cualquier periodista que se pusiera a escribir algo en contra de algún funcionario o de mi querida amiga Blanquita.
¡Entonces pana!-Abrí los ojos y ahí estaba Arturo- ¿Tú como que estas enamorado? Preguntó- No hombre, estaba cavilando de otros tiempos, cuando uno mandaba en Caracas- De eso es de lo que te quiero hablar, el comisario Freddy me habló muy bien de ti, me dijo que tenias las bolas bien puestas- ¿Freddy esta aquí en Miami?- Sí y te quiere ver- ¿Cuándo?- Mañana, en los Everglades.
Nos tomó como dos horas y media llegar al punto de encuentro, lo único que se veía alrededor eran mangles y agua pantanosa, estacionamos el carro afuera del camino de tierra, en un sitio debajo de un gran árbol, de repente salieron dos hombres con uniformes camuflajedos y sendas carabinas automáticas AR16. Arturo los saludo con la mano- ¿Arturito como estas? El acento era cubano- Bien mi sangre, te presento a Miguel y ellos son Gonzalo y veneno, - hola, respondí. Empezamos a caminar no sin antes cubrir la camioneta con un plástico camuflajeado. Fue una marcha de una hora hasta que llegamos al campamento donde había aproximadamente 20 hombres y 4 mujeres todos uniformados, los disparos se oían sin descanso desde un polígono de tiro situado al lado de dos grandes tiendas de campaña.
¡Miguelito, escuché desde la tienda ,cuando Arturo movió el mosquitero con camuflaje que hacia la función de puerta, ahí estaba mi querido comisario Freddy sentado con tres hombres, se levantó y nos dimos un abrazo fraternal- ¿Cómo estas Miguel?- Bien pana, feliz de verte ¿Estoy anotado en lo que andas?- claro, por eso te mandé a buscar, pero siéntate, te presento a el Sr. Roy, todo un Rambo, al Sr. González, veterano de bahía de cochinos, y nuestro jefe el comandante Néstor- Intercambiamos saludos y un frió silencio se apodero del lugar.
Miguel, necesitamos un hombre como tú, Valiente, que no le tenga miedo a nada, que no se arrugué, con experiencia`; Así empezó el discurso el comisario Freddy, los ojos de los cuatro hombres con mirada fría y calculadora me escrutaban el alma.
En ese momento mi mente se fue al pasado, cuando me encargaron que le diera bollo a un pobre diablo, me bajé del carro y le metí 6 tiros en su humanidad, el carajo ni se dio cuenta que moría por faltarle el respeto a doña Blanquita; Ese día aprendí a matar y me gusto.
Miguel hemos decidido matar a Chávez, mi estomago se frunció y un miedo helado recorrió mi cuerpo- Eso es imposible respondí, el carajo tiene como siete anillos de seguridad alrededor de él y- Escucha Miguel me interrumpió el comandante Néstor, nada es imposible, lo que se necesita es información, logística y el momento oportuno y ya tú sabes demasiado.
Traté de disimular el pánico, una vaina era matar a gente desarmada que al Presidente- Miguelito, Miguelito déjanos a nosotros organizar la vaina, no te preocupes que esta vez no fallaremos, lo haremos con un rifle a larga distancia y por lo que me cuentan, tú no fallas, de todas maneras serás entrenado con el mejor francotirador del grupo Seal, además te vamos a pagar un millón de dólares.
Sabía que si me negaba era hombre muerto, me pare y dije ¿Cuándo empezamos?.
Pasaron cuatro meses de arduo entrenamiento, dormía cuando sonó el teléfono, Aló- Mañana será un buen día- eso solo significaba que mañana me iría a Caracas vía Bogota-Maracaibo..
El lugar escogido para el atentado era un terraplén como a 700 metros del blanco, el Presidente repartiría a unas cooperativas tractores y parcelas de tierra en una finca expropiada a un terrateniente que la tenia ociosa.
Llegué al sitio dos días antes, arrastrándome casi un kilómetro y cuando llegue ahí estaba el rifle, un HECKLER-KOCK PSG-1,tapado con unas ramas y al lado un hueco trampa para esconderme con agua y raciones k.
Llegó el día, a través de mi mira podía ver claramente el movimiento de la casa militar, helicópteros sobrevolando y grupos de soldados apostándose alrededor del sitio donde estaría el Presidente.
El presidente bajo del helicóptero, lo tenia en la mira, lo que no sabia es que yo también estaba en la mira de un francotirador de la Disip.
El primer proyectil me penetró por el pómulo derecho, todavía estaba vivo cuando un segundo proyectil me dejo sin vida.
El Jefe de la casa militar recibió una llamada, del otro lado se escuchó -Sin novedad mi Coronel-
Alfredocorrea56@yahoo.com.
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