Las olas se batían con fuerza en la mal llamada playa parguito, en la perla del caribe ”Margarita”, tierra guakeri y roja rojita.
El nombre de parguito no se refiere al pez “pargo” porque no se encuentra esa especie en esta hermosa ribera, si no más bien en aguas profundas, lo que abunda son tortugas milenarias que ponen sus huevos en sus arenas, cada día con menos espacio para su reproducción porque un grupito de vivos ocupa esa playa con todo tipo de toldos y tarantines que invaden esa franja que es de uso, disfrute y propiedad de nosotros los ciudadanos.
Así pues no he descubierto porque se llama playa parguito, aunque me lo imagino. Yo le cambiaria el nombre por playa siliconica.
Al final de esa referida playa en limites con otra hermosa playa de nombre ”El agua”, se encuentran unos edificios para temperar en las vacaciones, casi todos los apartamentos son de personas que viven en ciudad gótica, perdón Caracas. Uno de los propietarios es Marcel, ese que se mienta a cada momento y que por un lado un mini grupito de tarifados, jala bolas y disociados lo ven como un paladín de la libertad y con una cultura que sobrepasa a la mayoría de sus Fans y por otro lado la mayoría del pueblo venezolano que no lo pasa, mejor dicho no lo quieren ni para aguar una fiesta.
El referido señor estaba en la playa enfrente del edificio que se llama “Cimarrón” que fue construido por los mismos que jodieron al país y que siguen jodiendo. El edificio viola todas las elementales ordenanzas estéticas y otras, en pocas palabras son cajas de concreto al lado de esa hermosa playa.
El quebrador de empresas conversaba con un grupo de amigos que lo rodeaban para enterarse de primera mano como el régimen comunista del mono Chávez intentaba por todos los medios arrebatarle su organización para dársela a unos advenedizos llamados productores independientes.
Marcel se encontraba de pie y las demás personas estaban sentadas, en la arena y los últimos parados. Todas(os) escuchaban en silencio sin ocurrírsele interrumpir el cotorreo del paladín de la libre empresa.
El asunto principal de este abuso es la envidia que me tiene el Teniente Coronel, el sabe que nunca podrá ser como yo, mi estilo es de revista “Hola” y no de esos periodiquitos donde aparece él; Además ya estoy claro de que no se realmente si es a mi canal el que quieren cerrar, pero yo, como defensor de la libertad de expresión no lo permitiré, ni al mió ni a ningún otro a lo menos que sea Venevisión que nos traiciono. ¿Y que vas hacer Marcel? se atrevió una señora encopetada a interrumpir, estamos preocupados.-No se preocupe estimada dama ¡ocúpese! dijo gritando, vamos a tomar las calles y vamos a empalar a Jesse en la plaza Altamira.
Manuel que me debe hasta el modo de caminar, junto a Teo y Borges van a rebelarse con la mayoría del país incluyendo a los chavistas que votaron por él, pero no para cerrar mi planta televisiva.
Ante este atropello en contra del canal que ha sido el que ha educado por más de 50 años a todos los venezolanos, “vamos todos a Miraflores”.
Además por esta arbitrariedad mi amigo el Dr. Insulsa va a borrar a Venezuela de la lista de amigos y lo va a poner en la lista negra donde están los países que no obedecen a los medios.
Imagínense ustedes la chabacanería de país que tendremos si nos roban nuestra planta y que sean los canales del régimen los que hagan las telenovelas.
Marcel continuó con prepotencia, nosotros estaremos en el aire hasta el 2021, nadie podrá contra........
Una ola gigantesca sorprendió a todos los presentes, tumbándolos como a unos muñequitos de plástico y revolcándolos. Cuando se retiró la resaca Marcel trató de levantarse y acomodarse los bigotes que se le habían chorreado cuando una ola mayor se abalanzo sobre ellos, la ola traía la furia del pueblo que ahora no es pendejo y que sabe que es el dueño colectivamente del estado y de todos los recursos incluyendo el especto radioeléctrico.
Alfredo Correa
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