EL CAMINO TORCIDO

PORTAL AL MUNDO DE LOS SUEÑOS

domingo, 28 de enero de 2007

Carta, en un intento de suicidio frustrado de un escuálido sin esperanzas, en la tierra del sueño americano.


Parte 1.


A QUIEN PUEDA INTERESAR

Por medio de la presente misiva explicaré el motivo de esta desesperada medida que he tomado en contra de mi propia vida; Antes de la exposición de motivos les daré mis datos personales a los forenses que levantaran mi cadáver: Mi nombre es Gonzalo David Pérez Rodríguez, de 43 años, portador de la cedula de identidad No 3.356.935, Venezolano y sin domicilio conocido..

Esta pesadilla comenzó hace 8 años, en 1998, después de que Hugo Chávez fuera electo Presidente de Venezuela, durante ese tiempo trabajaba en una agencia de publicidad Marketing and Advertising con el cargo de director general de medios con un sueldo, que con bonos y regalías llegaba a la suma de Bs. 20.000.000,00 anuales, que para ese tiempo era dinero de verdad.

La oposición al gobierno del recién electo Presidente empezó una campaña de descrédito hacia su iniciada gestión, que él iba a quitarle las casas a la gente, que te iban a meter 3 familias en tú casa, que se freirían las cabezas de los Adecos, que iríamos hacia el comunismo, que no ibas a poder salir del país y otra serie de especulaciones.

Quiero reconocer que un miedo extraño se apodero de mí y mi esposa se disocio de tal manera que nuestra conversación diaria giraba sobre el tema de que íbamos a perder todo, ella estaba día y noche pegada al Televisor y reuniéndose con un grupo llamado “mujeres por la libertad”

Como yo realmente era un inculto político y vivía en una burbuja de privilegios tomé la equivocada decisión, alimentada por los medios de comunicación, mi esposa y “amigos” de dejar todo, familia, trabajo, amigos e irme a los Estados Unidos, a la ciudad de Miami; En ese momento pude vender mi PH y la casa de Río Chico, mi acción en el club en divisa norteamericana e igualmente todos mis activos, acciones en la bolsa y ahorros, todo lo cambie a $ y junto con mi esposa y mis dos hijas inicie mi auto-exilio.
Al llegar a Miami nos compramos una casa en Coconut Grove que me costó casi todo el dinero que tenía, yo no quería pero mi esposa se empeño en esa casa, argumento que teníamos que tener el mismo status que en Caracas, igualmente la acción en el Raquet Club, los colegios privados para nuestras niñas, 2 autos nuevos, seguros y una suma enorme para un bufete de abogados para conseguir nuestro anhelado Green Card.

Las personas con que nos relacionamos eran de lo último, racistas y con un odio total hacia el gobierno del presidente Chávez y nuestro país no le importaba un carajo; Los Latinoamericanos casi todos eran unos perdedores y los que tenían recursos lo habían hecho por medios oscuros.

Mi esposa quería ir a las discotecas casi todas las noches, mi sueño americano se convirtió en una pesadilla, el dinero se esfumaba rápidamente y sobre todo cuando Gloria mi mujer conoció a la “cocaína”.

Una tarde cuando regrese a casa después de estar todo el día en entrevistas para conseguir un trabajo decente, encontré a mi esposa, otra mujer y un traficante totalmente desnudos consumiendo cocaína; La cara de mi amada Gloria era un amasijo de ojeras y sus ojos revelaban violencia y lujuria; Me fui de la casa sin decir una palabra.

Al día siguiente regrese para hablar con ella; Gloria estaba dormida, eran las tres de la tarde, la desperté y al abrir los ojos me grito que no la molestara, la agarre por los brazos y le dije “escúchame hija de puta” no voy a permitir más lo que vi anoche, tienes que ir a una clínica de rehabilitación. -El que tiene que ir al loquero eres tú, perdedor, coño de madre, déjame hacer lo que me da la gana, estoy harta de ser tu esposa, no sirves para nada, vete de mi casa, no te quiero ver más nunca.

Me mude a un pequeño cuarto de mala muerte, no podía regresar a casa porque tenia una orden de restricción emanada por la corte de Justicia, para hablar con Gloria tenia que ser a través de su abogado, a las niñas las mandó a casa de su mamá en Caracas; Ni sueño de 20 años de sacrificio y trabajo se había esfumado, mi casa era un centro de orgías y trafico de drogas, además estaba quebrado, al final parqueaba automóviles en el club en que fui miembro y de día limpiaba alfombras.

Seguía con atención lo que sucedía en Venezuela, los que me llenaron la cabeza de mentiras estaban ganando más dinero que nunca y jamás me devolvían las llamadas que les hacia, los políticos de la oposición se daban la gran vida aquí en Miami y todos tenían su sustento asegurado, mientras llevaban a la bancarrota a pendejos como yo; Mi vida estaba en el filo de la navaja.

La idea de matarme tomó cuerpo, pensaba cual sería la mejor forma de llevar a cabo mi propio exterminio, hasta que vi las imágenes del ahorcamiento de Saddan Hussein; Tomé la decisión, “me ahorcaría en la casa de Gloria”.

He tomado la decisión de liquidarme, solamente yo soy responsable de este acto que realizare en pleno uso de mis facultades y con todo el derecho de hacer por primera vez lo que me de la gana.


Gonzalo David Pérez


Eran como las 2 de la madrugada, rompí uno de los vidrios de una ventana lateral de la que fue mi casa, penetré en ella; Pase la cuerda que llevaba conmigo por encima de una gran viga de madera que cruzaba el salón, después de asegurarla ubique una mesa debajo del cordón, me monté en ella, no sin antes dejar la carta de mi suicidio sobre ella, situé el nudo corredizo alrededor de mi cuello, tomé el celular y llamé a mis hijas.


Alfredo Correa


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