Me encontraba en Cúcuta esperando el contacto con mis futuros empleadores.
Me había desmovilizado del frente norte del Atlántico de las “Auto defensas unidas de Colombia”.Fui reclutado cuando tenia 16 años, hoy tengo 23. Estos siete años han sido para mí una escuela para el asesinato, secuestro, tráfico de drogas, extorsión, sicariato y pare usted de contar. No sabía hacer más nada.
El teléfono sonó, eran las 4 de la tarde. Abrí el celular. Nos vemos a las 8, en el lugar acordado. La voz tenía acento maracucho.
Eran las 7.50, caminé hacia el lugar del encuentro, no sin antes revisar la plaza y sus alrededores. Todos los que deambulaban por la plaza me parecían sospechosos. El DAS tenia agentes e informantes por todos lados, aunque me había disfrazado estaba mosca, mi cabello era ahora de color amarillo y la fisonomía de mi rostro la transformé con algodones para abultarme los cachetes, mis bigotes que siempre tenía no existían, al caminar cojeaba con la ayuda de un bastón, el traje y corbata lucían impecables. Era otra persona.
A las 8.02 se detuvo un taxi al lado donde estaba parado, el chofer me dió la contraseña a través de la ventana abierta “Lo llevo al cielo”. Le contesté “San Cristóbal”, asintió con su cabeza, abrí la puerta, introduciéndome en el asiento posterior..El taxi arrancó.
Estuvimos dando vueltas como dos horas, el taxi se metío por callejones, avenidas, carreras. El chofer siempre chequeando su retrovisor, al final entramos a una urbanización clase media. El taxi se detuvo enfrente de una camioneta, el chofer me la señaló "Entra en esa Blazer”.Era la primera vez que hablaba.
El teléfono sonó, eran las 4 de la tarde. Abrí el celular. Nos vemos a las 8, en el lugar acordado. La voz tenía acento maracucho.
Eran las 7.50, caminé hacia el lugar del encuentro, no sin antes revisar la plaza y sus alrededores. Todos los que deambulaban por la plaza me parecían sospechosos. El DAS tenia agentes e informantes por todos lados, aunque me había disfrazado estaba mosca, mi cabello era ahora de color amarillo y la fisonomía de mi rostro la transformé con algodones para abultarme los cachetes, mis bigotes que siempre tenía no existían, al caminar cojeaba con la ayuda de un bastón, el traje y corbata lucían impecables. Era otra persona.
A las 8.02 se detuvo un taxi al lado donde estaba parado, el chofer me dió la contraseña a través de la ventana abierta “Lo llevo al cielo”. Le contesté “San Cristóbal”, asintió con su cabeza, abrí la puerta, introduciéndome en el asiento posterior..El taxi arrancó.
Estuvimos dando vueltas como dos horas, el taxi se metío por callejones, avenidas, carreras. El chofer siempre chequeando su retrovisor, al final entramos a una urbanización clase media. El taxi se detuvo enfrente de una camioneta, el chofer me la señaló "Entra en esa Blazer”.Era la primera vez que hablaba.
Me bajé del carro y caminé hacia la camioneta, al llegar a ella se abrió la puerta trasera, sube, escuché. Dos hombres estaban en el asiento delantero, atrás otro hombre. “Te van a poner una capucha”, seguridad, tú entiendes, ¿verdad?, dijo el hombre desde el asiento delantero. Los vidrios de la camioneta tenían papel ahumado
La camioneta se detuvo después de aproximadamente unos 45 minutos y oí que abrían la puerta trasera, un hombre entró, la camioneta arrancó inmediatamente.
La camioneta se detuvo después de aproximadamente unos 45 minutos y oí que abrían la puerta trasera, un hombre entró, la camioneta arrancó inmediatamente.
El desconocido empezó con un saludo del Comandante José, “te tiene en buena estima, estas altamente recomendado”, ¡tú eres el hombre que necesitamos!. Aquí tienes tus papeles, dinero y los blancos escogidos, cuando tengas tu equipo nos llamas..Tú seudónimo es “Gregorio”. La camioneta se detuvo, el desconocido me deseó “Buena suerte” mientras se bajaba del vehiculo.
Entré al cuarto del hotel donde me hospedaba, tiré el sobre Manila en la cama y me dirigí al baño; después de una prolongada ducha me senté en la cama, abrí el sobre cuidadosamente....dos mil dólares y tres millones de Bs, una cédula de identidad Bolivariana perfectamente hecha, licencia de conducir laminada, credenciales del instituto de tierras, recibo de teléfono, carta de amor de mi supuesta novia, carta de referencia de un bufete de abogados.........Había cuatro fotografías, cada una un rostro, cada una un blanco, en el reverso de las fotos, direcciones, hábitos .Con la cámara digital fotografié las fotos y la información, luego destruí las fotos con fuego en la papelera y las cenizas las boté por la poceta. Bajé la información en una computadora portátil y mandé la información a un correo, saque el disco duro y lo destruí.....
Me desperté con un sobresalto, mire el reloj, las cuatro de la mañana..Era hora de movilizarme.
En la hacienda del Dr. Rodríguez, en el sur del Lago se encontraban reunidos varios ganaderos. Uno de los ganaderos levantando un vaso brindaba “Por la muerte de esos hijos de puta que nos quieren quitar nuestra tierras” ¡Muerte! gritaron en coro......Ya está todo arreglado..Vamos a ver quien es el más guapo.
Pedro, un dirigente campesino salio de su casa y cuando volteó para cerrar la puerta, tres proyectiles le penetraron por la espalda, se le curvaron las piernas y cayó al suelo sin vida.
El carro se detuvo en el semáforo, al volante estaba Ignacio, un funcionario del instituto de tierras, quien tomó la prensa para ojearla, pero un disparo de escopeta, ejecutado por el parrillero que iba en una moto le destrozó la cabeza matándolo al instante.
Gregorio estaba encojonado, había cumplido su trabajo limpiamente y esos coños de madres querían robarlo.10 millones por cabeza no era nada, ese no había sido el trato.
Esos maricos tenían muna de la buena, les mandaban dólares,.... ¡Coño! eran ricos y yo, “el péndejo”.
Pasó un año y el negocio del secuestro me daba grandes dividendos, tenia asociados dentro del hampa, la policía del Zulia, también vendía el “paquete” a las Autodefensas que me pagaban con coca, los asegurados por la mafia Zuliana, era plata segura, sin investigación, ni ley, todo iba de maravilla, sus antiguos empleadores, “los ganaderos” no daban pie con bola...”Nunca iban a tumbar al gobierno y en cualquier momento los iban a agarrar por dárselas de vivos”.
Gregorio le gritó a sus secuaces ”Cállenle la boca a esa hija de puta” una mujer que tenían secuestrada hacia tres días........El disparo le entró limpiamente por el pómulo derecho a Gregorio, más detonaciones.
El grupo anti-secuestro de la Guardia Nacional, Disip, y el BAE tenían el control, la rehén estaba con vida, un trabajo limpio. Los cuerpos de sus secuaces yacían muertos.
Gregorio estaba vivo, con sangre en la boca, balbuceaba “LOS GANADEROS”.
“Cualquier parecido con la realidad, no es coincidencia”
Pasó un año y el negocio del secuestro me daba grandes dividendos, tenia asociados dentro del hampa, la policía del Zulia, también vendía el “paquete” a las Autodefensas que me pagaban con coca, los asegurados por la mafia Zuliana, era plata segura, sin investigación, ni ley, todo iba de maravilla, sus antiguos empleadores, “los ganaderos” no daban pie con bola...”Nunca iban a tumbar al gobierno y en cualquier momento los iban a agarrar por dárselas de vivos”.
Gregorio le gritó a sus secuaces ”Cállenle la boca a esa hija de puta” una mujer que tenían secuestrada hacia tres días........El disparo le entró limpiamente por el pómulo derecho a Gregorio, más detonaciones.
El grupo anti-secuestro de la Guardia Nacional, Disip, y el BAE tenían el control, la rehén estaba con vida, un trabajo limpio. Los cuerpos de sus secuaces yacían muertos.
Gregorio estaba vivo, con sangre en la boca, balbuceaba “LOS GANADEROS”.
“Cualquier parecido con la realidad, no es coincidencia”
Alfredo Correa
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