Anoche vi por venezolana de televisión la apertura de una nueva misión, misión música.
Las palabras del maestro Abreu y del presidente sumado el fabuloso concierto de la sinfónica juvenil SIMON BOLIVAR me llenaron de amor y regocijo.
Ya era tarde para mi, me levanto todos los días a las cuatro de la mañana y se imaginaran que me pasa cuando son las nueve de la noche; Me acosté oyendo todavía el Alma llanera.
El sueño comenzó en la ciudad de Caracas, me encontraba en el centro, las calles brillaban de la limpieza, todas las personas que caminaban vestían con ropas limpias y sus sonrisas dibujadas en sus rostros denotaban un grado alto de felicidad ¡Buenos días señora!¡Buenos días señor!
En la plaza Bolívar una coral de multitud de niños cantaban Pajarillo y situados en el cielo miles de niñas y niños tocaban toda clase de instrumentos.
El cielo del valle estaba limpio, la nube negra de contaminación no estaba, todos los vehículos funcionaban con gas; el tráfico fluía sin ningún tipo de inconveniente.
Los ranchos de la cuarta república no existían, casas dignas y laderas sembradas de árboles donde miles de pájaros anidaban en paz. Los consejos comunales trabajaban a todo vapor para que como administradores de los recursos todo se administrara con pulcritud y se lograran los objetivos propuestos.
Trenes modernos entraban y salían de la ciudad y en el sur, en los valles del tuy modernas autopistas cruzaban de este a oeste y viceversa sin entrar en Caracas.
Jueces de paz resolvían impases de los ciudadanos con serenidad, justicia y autoridad.
En el río guaire pescaban y parejas de enamorados navegan con la corriente.
Me desperté, la televisión continuaba encendida, el noticiero mostraba a unos delincuentes políticos en plena guarimba tratando de evitar que mi sueño se hiciera realidad.
Alfredocorrea@yahoo.com
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