Un montón de cuerpos desnudos yacía en el Calvario, no hablaban, eran formas mudas, espantosas, cripta abierta sin mortajas, ni recuerdos sublimes, velas fantasmales se negaban a la llama, sin futuro o memoria, sin mascaras para ninguno.
Un gran libro flotaba sobre ellos, se leían sus pensamientos, cúmulos de espanto y memorias de pesadillas ejecutadas sin rubor. Una voz de trompeta proclamaba las maniobras y vidas de esos cadáveres insepultos. Eran un tatuaje de estiércol y muerte.
El pueblo entero observaba el espectáculo de terror, para muchos era difícil comprender tanta maldad y aceptar esa caravana de oprobios, lo que esa maza de cuerpos fue capaz de hacer y ahora señalados por los índices acusadores de un pueblo enlutado que dijo basta.
. Estaban los representantes políticos, militares, iglesia, Oligarquía, dueños de medios, cómplices y testaferros.
La voz retumbó en los aires y el pueblo retrocedió un paso. Los aquí presentes han sido anulados, execrados para siempre por la voluntad popular.
Robaron, persiguieron, asesinaron, desaparecieron, ocultaron, falsificaron, mintieron, adulteraron, engañaron, falsearon, timaron, despojaron, estafaron, crearon un país de excluidos, de pobres, hasta la esperanza se la quitaron. Por esas razones se cerrara la puerta, no volverán nunca más.
También la voz del pueblo advirtió que cualquier persona que hiciera lo mismo terminaría en iguales condiciones. El pueblo al unísono dijo “amen”.
Los zamuros volaban en círculo ojeando la carroña.
Tunick se despertó con un sobresalto, estaba bañado en sudor, tuve una pesadilla pensó.
Era el año 2021, cuando el Sr. Tunick llegó al calvario lo esperaba un pueblo desnudo de mentiras, lleno de felicidad y en un frenesí de amor.
Alfredo Correa.
Spencer Tunick. Famoso fotógrafo de cuerpos desnudos.
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